Ella dice que me ama aunque no quiere que
yo sea el único hombre que duerma en su cama.
Y yo me trago el inmenso dolor
de no ser exclusivo en su alma.
Cuando yo tomo su mano en la calle
no me importa que hable de Bosnia o Timor Oriental
ni que sea terrorista
y se empeñe en hablarme en su lengua natal.
Ay, amor, amor, ya yo he aprendido
a no hacerme tu marido
y aunque ni pueda ser tu novio quiero tu amor a trois
y llévame por la izquierda en este temporal.
Ay, amor, amor, si no eres mía
al menos dame utopías,
pásame tus causas perdidas y como algo vital
sálvame de vez en cuando de mi soledad.
Aunque seas tan solidaria, tan sindicalista
yo te seguiré en tu activismo ancestral
a esas manifestaciones
y te ayudaré a empapelar la ciudad.
Aunque seas tan feminista y te gusten las chicas
nada va a impedirme que te pueda amar
y hasta prometo aprender de memoria
el libro de Simone de Beauvoir.