Aquella ingenuidad sonroja su vergüenza.
Presumí ser domador,
mas preferí ser el león
Ante esa hermosa violencia
Me sacaste a bailar, y quedé emborrachado.
Ya no puedo renunciar
Al orgasmo sin final
Que tu piel me ha regalado
Muero en tu cuerpo; revivo en él.
Siento fervientes mis ganas de ser.
Te invito a transpirar
La magia que inventamos.
Siento en mis manos
La felicidad
No quiero ni pensar en que mi alma carezca
De ese hermoso cuerpo azul.
Es como un jueves sin Gulp,
Como un sábado sin Reina.
Pelada tu dulzura, hermosa asignatura.
Hoy la luna se enroscó,
Me miró mal, me celó
Por nuestra aventura diurna.
Muero en tu cuerpo; revivo en él.
Siento fervientes mis ganas de ser.
Te invito a transpirar
La magia que inventamos.
Siento en mis manos
La felicidad.