(A Luis Emilio Recabarren, fundador del Partido Comunista de Chile)
Empezaba este siglo cuando un hombre
con la verdad del pueblo brotando de su pluma
recorría las fábricas, se filtraba en las minas
limpiando las pupilas, las pupilas de los hombres
que tantos golpes le impedía mirar su ancho futuro.
Se agitaba su sangre y nacía el sindicato,
empezaba a vibrar la prensa obrera.
Surgían los partidos, los partidos de los pobres.
Así aprendía Juan con su rojo maestro
a leer en los textos de su clase con su rojo maestro.
Empezaba este siglo cuando un hombre
enseñaba su norte al proletario,
un hombre que sentimos aún entre las hoces y martillos,
un hombre, un hombre como pocos:
¡Luis Emilio Recabarren!