No soy dueño del botón de tu brasier,
ni del aire que podrÃa alzar tu falda.
No soy dueño de tus ganas de besar,
ni de los motivos que tendrás para ignorarme.
No soy dueño del pasado que quemó
ideas locas en tu disco duro.
No soy dueño de la posibilidad
de acercarme un poco a tus anhelos.
Si pudiera ser el dueño de un mensaje
en clave Morse cuando vas a parpadear.
Si me abrieras una puerta del presente,
le darÃas un motivo a mi futuro.
Dueño de todo cuando sueño,
y de nada cuando tengo.
Es vivir entre acertijos haciendole cosquillas
a estas ganas de llorar.
No soy dueño de un "sÃ" en tu parlamento,
ni de un "no" que asesine la esperanza.
No soy dueño de lo que me quieras dar,
ni de lo que me has quitado sin saberlo.
Si pudiera ser oxÃgeno y colarme
sigiloso hasta tu circulación,
me darÃa sin chistar a la tarea
de caerle bien a tus sentidos.