Con cenizas, con desgarros
Con esta altiva impaciencia
Con una honesta conciencia
Con enfado, con sospecha
Con activa certidumbre
Pongo el pie en mi país
Pongo el pie en mi país
Y en lugar de sollozar
De moler mi pena al viento
Abro el ojo y su mirar
Y contengo el descontento
Vuelvo hermoso, vuelvo tierno
Vuelvo con mi esperadura
Vuelvo con mis armaduras
Con mi espada, mi desvelo
Mi tajante desconsuelo
Mi presagio, mi dulzura
Vuelvo con mi amor espeso
Vuelvo en alma
Y vuelvo en hueso
A encontrar la patria pura
Al pie del último beso.**
Vuelvo al fin sin humillarme
Sin pedir perdón ni olvido
Nunca el hombre está vencido
Su derrota es siempre breve
Un estímulo que mueve
La vocación de su guerra
Pues la raza que destierra
Y la raza que recibe
Le dirán al fin que él vive
Dolores de toda tierra