Me llamo Anselmo Laguna
y voy en pos de mi sueño,
si me acompaña la luna
por esas cortadas
de tantos recuerdos.
Me llamo Anselmo Laguna
y llevo en el corazón
un ansia que se desata,
me espera mi ñata
juntito al portón.
Si ya no salgo ni juego,
ni fumo, ni bebo,
por ella y su amor.
Ni sé lo qué es un domingo
de sol y de pingos,
ni sé donde voy.
Si hasta la gente me mira
con cara de asombro, ni puede creer,
que aquel muchacho alocado
esté tan cambiado por una mujer.