Tú también lo has comprendido,
el placer está prohibido,
el amor ya no es el mismo,
se ha vuelto un espejismo
mortal. Tú también respiras miedo.
Fue tan cruel caer a dedo,
en un juego con la muerte,
la buena o mala suerte
nada más. Era tan normal,
tan vital.
Era siempre igual,
una relación
y después adiós.
Dónde comenzó
esta maldición. Tú también hiciste el loco,
por comer de todo un poco.
Te ha ganado la partida
un rey llamado SIDA,
al final. (estribillo) Fuiste un corazón suicida
siguiendo con tu vida,
sin pensar. (estribillo) Tú también.