En un boliche de barrio
-como si fuese a rezar-
un cofla cerrando el diario
se puso a reflexionar.
Páginas pares e impares...
el drama siempre en acción.
Pensando en los titulares
entró a escribir de un tirón:
¡Minga de amor!
¡Minga de paz!
El mundo de hoy
ya no da más.
Mundo que mucho padece.
Que crece
entre miserias y lucha.
¡La pucha!
Batime Dios
por qué razón
tanto dolor
y destrucción.
Hoy todo va a contramano
-de afano-
y apuntan al corazón.
Tanta noticia fulera
al cofla causó terror.
Pero igual, y a su manera,
pensó en un mundo mejor.
Y desechando tristezas
para su casa rumbeó,
dejando sobre la mesa
los versos que hoy canto yo.
¡Minga de amor!
¡Minga de paz!
El mundo de hoy
ya no da más.