La vida que yo veo
anhela los extremos confines,
el Desierto, la Selva, y nada ms.
Veo que Setiembre,
el de los Rojos Helechales,
deplora su materia;
que hubiera preferido ser
slo Nieve, Inmensidad y Lobos
Veo que el Sol
suea con la pura luz
y que la Noche
aora los tiempos primordiales,
cuando todo era noche.
Miro tambin a mi corazn,
y descubro que sus deseos
se resumen, desgraciadamente,
en dos palabras:
la palabra Siempre,
la palabra Nunca.