Lagrimas que anuncian conclusiones
manos que no dan sin recibir
gritos que se esconden en canciones
sillas que no son para escribir
caras divorciadas con la vida
tardes navegando en un cafe
ricos que descansan en la envidia
como aquel lunar que invita a ser infiel
Sueños que no duermen sin su almohada
pajaros que avisan que se van
arboles que plantan sus miradas
besos listos para enbotellar
desnudar almendras con los dedos
enjaular a un grillo solo por llorar
dibujar el frio de un lamento
cosechar sonrisas para regalar