Me contaron la de un cartero
de los que entró en el Cuerpo por oposición
que iba para grande del toreo
y, tras un buen susto, su fama de Correos no pasó,
pero allí era conocido
con el nombre del cartel en que, en su día, figuró
Juan garcía "El mensajero
que fue de un burladero hasta parar en un buzón
Se imaginaba de oro y grana
lo mismo que la tarde que aquel toro le cogió
pero su aspecto le delataba
igual que el telegrama con remite y dirección
que llevaba esa mañana
mientras dibujaba quites y algún pase de salón
sin saber que a dos manzanas
el destino le guardaba eso que nunca sospechó
Míralo, ahí va dando pases de salón
Ay Juanillo mensajero
él que quiso ser torero
y en cartero se quedó
Y en lugar de en la puerta grande,
se encontró frente a un portal de esos que son todos igual
escalera B tercero puerta seis
y un perro pequinés que no paraba de ladrar
y maldijo al mundo entero
porque el cielo le negó la gloria y se quedó sin na
tan sólo un gesto muy torero
que le hacía inconfundible, sobre todo al caminar
Pero abrieron la puerta unos ojos negros
de los que si te miran ya no puedes olvidar
y unas manos que recibieron
ese trozo de papel como aguacero de maná
pero mientras lo leían
esos ojos tan hermosos comenzaron a llorar
Le decían "ya no te quiero. Stop
Espero que no me guardes rencor. Stop"
Te lo pido por favor
mira que ya lo nuestro terminó
Quién iba a pensar aquello que un amor como el de ellos
se parara en un stop
Y acto seguido llega lo bueno
la chica dijo "creo que me voy a desmayar"
y haciendo alarde de reflejos,
el payo se arrimó "no se me vaya a lastimar".
Y se dieron un largo beso
como los que en las peliculas van antes del final
El ya estaba por sus huesos
cuando aquellos ojos negros
comenzaron a brillar
cuando aquellos ojos negros
comenzaron a brillar.
Lo demás es lo de menos
se supone que pasó lo que tenía que pasar
y así es como en un momento
a unos les cambia la vida y a otros se nos queda igual
a unos les cambia la vida y a otros se nos queda igual