Tengo silencios de dinamita,
un pasado de relojería,
mucho más que palabras,
mucho más que mentiras,
besos de sal en los labios
de mi herida,
¡de qué! la puta migraña,
los excesos pa la galería
he visto mearse
mil veces al sol de mediocía.
Cagué el hechizo del estribillo pegadizo
viviendo como un animal.
La gente bien matando el tiempo,
juegos homicidas,
tengo cicatrices en la sien de tanta bala perdida.
Viviendo como un animal.
Dulce pastel, ese orgullo pelagato
de sentirte el dueño de los agujeros de tus zapatos.
Y no llorar pa no mamar, y no mamar pa no llorar.
"Así eran las cosas y así era Madrid.
Locos tras la peseta y la carne,
tras lo que llamaban amor,
los albañiles de la música".