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Era primavera y las praderas
con florcitas mañaneras
te besaban al pasar.
Ibas con un traje color cielo,
con un tul cubriendo el pelo
y un librito de rezar.
Eras como el agua que traía el manantial.
Eras la esperanza que invitabas a soñar.
Era en un pueblo chiquitito,
chiquitito y tan bonito,
tan bonito como tú.
Flor de alelí,
con la humildad del alelí
te vi pasar,
y en ese andar
ibas caminando de la iglesia
del lugar.
Flor de alelí,
te dije en tono confidente
mas después...
Nació el amor, para los dos.
Las campanas ya se echaban a volar,
pareciera que superan mi ansiedad.
Flor de alelí
ya nunca más te apartarás de mi existir,
como el tañir
de las campanas que una vez
te hablo por mí.
Quise ser pintor o ser poeta
y pintarte tan coqueta
o brindarte un madrigal.
Fuiste en la ruta del mañana
como el son de las campanas
que marcó nuestra ansiedad.
Sos la lucecita que alumbro mi oscuridad
y eres el motivo y la alegría de cantar.
Y en aquel pueblo chiquitito,
chiquitito y tan bonito,
hoy existe un nido más.