Se atora el tango en sus venas
y en mis penas se arrincona.
Y en el sonar que desgarra
se hacen garra sus aromas.
La flor ausente del amor
en mi dolor clavó su espina.
Ya nunca más he de volver
a su querer, ni a aquella esquina.
Se atora el tango cansado
y a su lado muero yo.
Hoy al recordarla,
en el alma siento
que llegan lamentos
de amores lejanos.
Y en los bandoneones
noto que enredadas
las notas cansadas
me dicen hermano.
Hoy al recordarla
iré en mi locura
por calles oscuras
que saben mi angustia.
¡Qué noche más triste!,
surgen los recuerdos
y en sombras me pierdo
llorando su amor.
Se atora el tango en sus venas,
y en mis penas se hace herida.
Siguen sus notas tristonas
que asoman a mi vida.
Mientras solloza el bandoneón
mi corazón se desespera.
Porque no encuentra en su dolor
aquel calor de la que espera.
Se atora el tango cansado
y a su lado muero yo.