Cuando se despert, no recordaba nada
de la noche anterior,
-demasiadas cervezas-, dijo, al ver mi cabeza
al lado de la suya en la almohada... y la bese otra vez
pero ya no era ayer, sino maana
Y un insolente sol, como un ladrn, entr por la ventana.
El da que lleg tena ojeras malvas
y barro en el tacn,
desnudos, pero extraos, nos vio, roto el engao de la noche,
la cruda luz del alba... Era la hora de huir
y se fue sin decir: -llmame un da-
Desde el balcn, la vi perderse,
en el trajn de la Gran Va.
Y la vida sigui,como siguen las cosas que no tienen mucho sentido,
una vez me cont, un amigo comn,
que la vio donde habita el olvido.
La pupila archiv un semforo rojo,
una mochila, un peugeot y aquellos ojos miopes
y la sangre al galope por mis venas
y una nube de arena dentro del corazn
y esta racha de amor sin apetito.
Los besos que perd, por no saber decir: -te necesito-