Inocente y total el amor ha llegado,
sin avisarle a nadie su mano me ha alcanzado.
Cómplice inevitable, como tierra y sembrado
el amor ha llegado, su mano me ha tocado.
No quiero perturbarlo con locas tentaciones,
no quiero marchitarlo delirantes visiones.
Amor, si me has tocado, cuida mis emociones.
Del amor no se sabe qué temporal lo acerca,
qué volcán lo desgarra, qué tempestad lo aleja.
Puede ser un remanso de infinita tibieza,
qué temporal lo acerca, qué tempestad lo aleja.
Se guardarán intactos, sagrados los momentos
de un amor que ha sabido hablar en el silencio.
Nada podrá negarlos, ni el olvido ni el tiempo.