Éramos pequeñas campanillas del aire
inocentes dueñas del camino
Éramos el rayo de sol
que porfía en la tormenta
Éramos pichones de calandria jugando
al espejo sueños y destino
Éramos tan niñas en flor
sin saber, sin darnos cuenta
Éramos pan con dulce
y un raspón en la rodilla
éramos cuentos de abuela
y rayuela de tiza
Tan lejana la distancia
tan cercanas nuestras almas
¡Ay sí! ¡Ay sí!
Quiso aquella luz de nuestra infancia alumbrarnos
la huella, música y latidos
Quiso ser del pueblo la voz
en las sumas y en las restas
Quiso el laberinto de la vida enlazar
dos anhelos como remolinos
Quiso la amistad en canción
abrazarnos con su ofrenda
Quiso el azul del tiempo
darnos vértigo y caricia
Quiso la América toda
heredarnos la brisa
Tan lejana la distancia
tan cercanas nuestras almas
¡Ay sí! ¡Ay sí!