El campo es santo
La ciudad no tanto
Obsequia su vino
En silencio
Quimera de luna
En oro mayor
Nostalgias imperiales
Caballito de totora
CaÃdo en el olvido
Por haber padecido
Tanto
Bajo este cielo peregrino
Y de puro aburrimiento
Las especies congregadas
Decidimos subsistir
Despiertos dormidos
Sonámbulo herido
Llorar se nos hizo
Un tick tan frecuente
Tantas veces tanto
Callando a mil naves
Y las alas de tus pies
De plumas de quetzal
Recaudadas en ofrendas
Sacrificios de tu propia
Sangre