Cuando salí de mi pueblo, dos armas me acompañaban,
Mi súper 45 y mi navaja cromada
Con un mechón de cabellos, que me regaló mi amada.
En la estación de autobuses, se me acercó una patrulla,
Me dijeron: ¡tu traes armas, porque las manos te sudan!,
Yo les dije: ¿cuál les muestro, la pelona o la peluda?.
Me dijeron: más respeto,que te está hablando la ley,
Le dije al que preguntaba: ¡porqué será usted tan buey!,
Yo me refiero a mis armas, si es lo que quieren saber,
Les dije: voy a enseñarles la pelona y la peluda,
Pero no van a quitarme, de mis guardianes ninguna,
Porque yo cargo un permiso, pa' portar mis preciosuras.
Les enseñe mi pistola, mi súper 45,
Les dije: ésta es mi pelona, y no sean tan malpensados,
Mi navaja es la peluda, por el cabello colgado,
Cuando vieron el permiso, con la firma de alguien grueso,
Me dijeron: no hay problema, disculpe usted el tropiezo,
Mi pelona y mi peluda, se las dejé hasta el pescuezo.