Se fue el olor de su piel,
Su aliento que aun vive en mí
Se funde con mi llanto.
Entre rezos él me obligo
De su boca beber,
Tragandomé su odio.
La sacristia es su burdel
En donde me violó.
Busco justicia, sed de venganza,
Pues la vergüenza aún vive en mí
Llegará el día en que cumplan condena;
Alambrado sea dios.
Nuestras camas, una prisión;
Las duchas, su salón;
Mi cuerpo, coto de caza.
Su despacho, un sucio motel;
Su crucifijo también,
Beatificaba mi cuerpo.
Son delincuentes sin prisión,
Son los chulos de dios.
Busco justicia, sed de venganza,
Pues la vergüenza aún vive en mí
Llegará el día en que cumplan condena;
Alambrado sea dios.
Busco justicia, sed de venganza,
Pues la vergüenza aún vive en mí
Llegará el día en que cumplan condena;
Alambrado sea dios.
Busco justicia, sed de venganza,
Pues la vergüenza aún vive en mí
Llegará el día en que cumplan condena;
Alambrado sea dios.
Busco justicia, sed de venganza,
Pues la vergüenza aún vive en mí
Llegará el día en que cumplan condena;
Alambrado sea dios.