Si yo pudiera regalarte algo,
algo pequeño y bueno te daría,
almendrita, que no se apagaría
para que se quedara si yo salgo.
Porque dicen, no sé,
que nada valgo,
que darme yo, de nada serviría,
y no aprendí a quedarme todavía
y con todas las cosas me distraigo.
Dicen también otro montón de cosas,
que yo me echo al saco y sigo alante
por entre soles y entre mariposas…
y dicen tanto y es tan alarmante
que no puedo quedarme.