Bajo la lluvia, no hay dudas
sabes bien que te mojarás conmigo.
La noche suave en que llegaste,
entramos en un sueño profundo.
En el fondo del pasillo
me esperabas mojada y temblabas,
veloz fui a rescatarte con mi capa dorada.
Las gopas frías por el viento
resbalaban por tu pecho.
Y allí estabas a mi lado
al comienzo y al final de mi partida.
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