Mi madre enferma no puede entenderme
que usted debe cobrar para curarla.
Le traigo,
mis dos gatitos y mi perro,
mi trompo, mi barrilete y el sombrero
aquel que al morir dejara mi padre
y yo lo guardo como un gran recuerdo.
Doctor...
apúrese que está muy mala.
Doctor...
perdóneme que sea tan pobre.
Si sana,
ella vendrá a pagarle todo,
cocina, lava, sacude y hace mantas,
también sabe ordeñar y atar los bueyes,
plantar, sembrar y arar, pero es muy pobre!
Doctor...
estoy muy solo allá en las casas.
Doctor...
perdóneme que sea tan pobre!
No se aflija doctor,yo lo comprendo,
apenas soy un niño y me doy cuenta
usted no puede ir, pues la tormenta
amenaza anegar todo el camino.
Algún día!, algún día vendrá algún argentino
que lleve un médico a mi casa!