Ya todo quedó atrás,
angustia y llanto;
pesadumbre del tiempo
y muerte aviesa,
atrás la incertidumbre y la tristeza;
lo que fue y el dolor de esperar tanto.
Ya todo quedó atrás,
que tu eres cuanto,
soñé tener el cielo y la belleza.
Si hay un alma en mi vida,
tu eres esa alma inmortal
por la que sueño y canto.
Bajo esa tierra desolada y dura,
cuánta esperanza inútil que alba oscura;
la que en el mudo espejo se retrata.
Las palabras, los rótulos, oh hermano;
quiebra la espada con tu propia mano,
y sé impulso de amor,
no áspid que mata.