Yo tenÃa un portero
Un caso muy singular
Ya que no era una persona
Ni un ser humano como los demás
Pepe era un pato verde
Muy gordo y particular
Cuando la gente le llamaba
nunca querÃa contestar.
¡Abre la puerta, Pepe!
¡No quiero!
¡Abre la puerta y déjame entrar!
¡He dicho que no!
¡Abre la puerta, Pepe!
¡Y dale!
¡Pepe!
¿Qué pasa?
¡Déjame entrar!
No importa si es por la mañana
Por la tarde o el anochecer
No importa si viene Susana
Ricardo, Juan o doña Fé
No importa si el calor aprieta,
O azota una tempestad
Pepe no abrirá la puerta,
aún si es el Diluvio Universal.
¡Abre la puerta, Pepe!
¡No quiero!
¡Abre la puerta y déjame entrar!
¡He dicho que no!
¡Abre la puerta, Pepe!
¡Y dale!
¡Pepe!
¿Qué pasa?
¡Déjame entrar!
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