Mis amigos cancioneros
ya no habrá más serenatas
que le demos a esa ingrata.
Porque anoche me ha pagado
el amor que yo le daba
con una infame traición.
A las doce sale el tren,
que me ha de llevar muy lejos
y no volveré jamás.
Pero si algún día la encuentran
le dicen que me he marchado
ciego de tanto llorar.
Si el destino me ha escogido
para descargar en mi alma
el dolor y la crueldad.
No protesto sólo pido
que me dé pronto el olvido
con la muerte y nada más.
Mis amigos cancioneros
cántenme la que me gusta
que me quiero emborrachar.
En la vida escrito está
que los que amaron sufrieron
y los que aman sufrirán.