Aquí no crecen las ruinas,
gota a gota se riega un corazón,
sin miedo dobla la esquina,
respira el compás de la pasión.
Los duendes se asoman si llamas,
y mira por debajo de la puerta.
La risa sube al balcón
y el agua baja a la tierra.
La casa es la calle,
mi tierra de fuego.
Soy de aquí y le pregunto a las estrellas
cada noche lo que quiero.
Y caen en mis manos
y abrazan mis deseos.
El que no baila se araña
en esta tierra de fuego.
Los duendes se asoman si llamas,
respira al compás de la canción,
no dejes crecer la ruina
que una gota riega un corazón.