Todos los días es lo mismo,
lo cotidiano es navegar
entre la duda y el abismo
para más tarde naufragar.
Las cosas siguen en su sitio,
no hay quien se encargue de alterar
el equilibrio en el principio
o en el final.
No hay nada nuevo bajo el Sol,
nadie se mueve por aquí,
el mundo gira y sigo sin saber
a dónde voy.
Se sienta la monotonía
a mi derecha en el sofá
y conversamos todo el día
viendo las décadas pasar.
Y a veces llega la desgana
con ganas de corresponder
una visita que le hicimos
sin avisar.
No hay nada nuevo bajo el Sol,
nadie se mueve por aquí,
el mundo gira y sigo sin saber
a dónde voy.
No hay nada nuevo bajo el Sol,
nadie se mueve por aquí,
el mundo gira y sigo sin saber
a dónde voy.
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