Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida,
Porque nunca me diste, ni esperanza fallida
Ni trabajos injustos, ni pena inmerecida
Porque veo al final, de mi rudo camino,
Que yo fui el arquitecto, de mi propio destino
Que si extraje la miel, o la hiel de las rosas
Fue porque en ella puse, miel o hiel y sabrosa
(Ame, fui amado, el sol acaricio mi faz,
Vida, nada te debo, vida, estamos en paz)
Cierto a mi lozanía, va a llegar el invierno
Más tú no me dijiste, que mayo fuese eterno
Halle tal vez muy negras, las noches de mis penas,
En cambio tuve otras, santamente serenas