En sus ojos, nunca pude encontrar maldad
Pero a veces, para no morir hay que matar
Todo fue esa noche en que ciego y borracho nos quizo asustar
Pero un golpe sin suerte
dejó a su cuchillo clavado en su mal
Asà fue que al duende del árbol, tuvimos que asesinar
matar y cortar y cortar
Su cuchillo habÃa destripado a dos duendes ya
Pero en estas historias, nunca nadie puede celebrar
Asà fue que al duende del árbol