Carmen despierta,
corre al espejo y se lamenta,
quince kilos de mas es el pesar que la atormenta,
la orienta,
lagrimas ruedan por su cara enferma,
deseos van al es pura aparentarse a gente bella,
y se detesta,
frentos estereotipos no la afectan,
son quince primaveras con la cruz cargando apuestas,
si la encuentras,
cegada por la rabia causada por la insolencia,
brutal indiferencia,
las burlas que recibe de una sociedad sedienta,
que en su dolor encuentra,
la diversión perversa,
que la hunde y la flagela,
ya a nadie le interesa,
su vida en su profunda depresión es su condena,
bulimia y anorexia,
sus falsas estrategias,
matándose de hambre por seguir todas las dietas,
que se encuentra,
ella todo lo intenta,
su única ilusión es que la gente la comprenda,
lejos está su meta,
con cada dÃa que pasa su tristeza es la que aumenta,
un cruel final encuentra,
tendida sobre el piso su cadáver ya se observa,
veinte metanfetaminas fin de su existencia.
Se llama Vero está en triste su vida,
pues ella la ha entregado todo a un amor suicida,
creyendo que su novio aliviaba sus penas,
y en la segundo ocasión que se corta las venas,
y solo falsas esperanzas penetran su mente,
apenas empieza a vivir es un adolescente,
le faltan cosas por soñar nuevas experiencias,
nuevos amores, nuevos brazos, nueva esencia,
pero se encierra en su mundo su corazón es frágil,
ya no le importa nada busca la salida fácil,
cree que es lo mejor terminar de una vez por todas,
ya no se arregla, no se cambia, no viste a la moda,
no piensa en la hora ni como avanza el reloj,
no ve cuando oscurece ni tampoco cuando sale el Sol,
y como dicen la tercera es la vencida,
diez y siete años hoy lo logra y se suicida.