Desde el ocaso de los tiempos el mundo grita, la última lagrima,
llanto de sociedad escrita en esta soledad,
victima que muere en la sombra sin libertad,
mi libreta apuntara los síntomas, vuelvo a volar.
Escribo tempestad con esta pluma que alimenta al pueblo,
soy ese fruto del árbol que apenas muerdo,
estudio en la ciudad, rincón del alma que imagino,
cuelgo de la rama del destino y muestro mi verdad.
Esperanza, la solución en mi jardín de magia,
la sensación es dulce y os contagia,
vuelo en espiral y espero solo en el ocaso,
se que la pasión solo es fracaso y muestra su final.
Cuando el amor escaso falta a su cita
y vuelve el animal, enfermo terminal que nos marchita,
vida de cristal con unas manos que moldean,
en la aldea de las mil ideas cegados por el metal.
Lean mis escritos llenos de nostalgia,
un atentado en tu conciencia, una canción que viaja,
el escritor maldito, una leyenda y un presente mágico,
por el placer de hacer piruetas sobre el plástico.
Mastico el pánico, los que sufren y no aguantan,
cáncer de sociedad, impreso en llantos de lunático,
practico esto y grito al vacío que quiero vencer,
sueño con mirar al día y esquivar el frío.
Ver amanecer, es otra imagen del ocaso,
ven, entre mis lagrimas de muerte y regresión,
y aligera el paso, piensa que el día vuela entre la sombra,
Lom-C y Abram te nombran para crecer.
Suenan nuestros gritos y el ocaso de los tiempos cae,
un paraíso infinito, muestra prisiónes, todos se distraen,
pero caminan y no entienden,
vida que oscurece en este baile con la muerte.
Avanzamos hacia el fin de un camino de leyendas,
vidas que no son mas que ofrendas a los días,
comprender la forma de amar, el sufrimiento,
antes que anochezca, en nuestro ocaso de los tiempos.
Romper barreras con la mente mis ojos no distinguen,
dotar a mis textos de una entonación bilingüe,
corazón y razón son sonrisas y lamentos,
observando siento que el ocaso de los tiempos
es el sino, es el destino que marca nuestro camino,
brindo por la vida con esta copa de vino, amigo,
escrito sobre lino y seda con trazos de sangre,
la estancia del hombre tan breve pero tan grande.
En este enjambre de sombras, de escombros, de vidas,
de hambre, de amor, de sed, de paz, de sal y heridas,
de eternos suicidas por la levedad y su peso,
un eterno proceso hacia el ocaso, sin regreso.
Yo viví el exceso sin pensar en un mañana,
hasta que vi de cerca mi encefalograma,
plano, sentí que moría, que jamás respiraría,
y volvi a nacer por mi mundial sangría.
Ataraxia mía, mama sabes que lo haría,
vida es sobreponerse hasta que se acabe el día,
vida es un segundo que quiso sentirse inmenso,
brotes de energía en lo extenso del universo.
Soy propenso a negativizar, pues se que el azar
rige nuestras vidas, lo podemos evitar,
tropezar, levantar el vuelo y comenzar,
es nuestra cruz y mayor virtud a la par.
Andar como la niña de cabello ensortijado y negro,
vivir como Momo, disfrutar de cada invierno,
como el primero o el ultimo, hoy también resucito,
como cada día que me enfrento a un nuevo escrito.
Yo me guio por palpitos, habla mi cuore,
Abram al desnudo, soi señoras y señores,
vivan el momento, no añoren tiempos mejores,
porque el ocaso del tiempo le regala flores.
Suenan nuestros gritos y el ocaso de los tiempos cae,
un paraíso infinito, nuestra prisión, todos se distraen,
pero caminan y no entienden,
vida que oscurece en este baile con la muerte.
Avanzamos hacia el fin de un camino de leyenda,
vidas que no son mas que ofrendas a los días,
comprender la forma de amar, el sufrimiento,
antes que anochezca en nuestro ocaso de los tiempos