Si alguna vez en tu pecho, ay, ay, ay,
mi cariño no lo abrigas,
engáñalo como un niño,
pero nunca se lo digas,
engáñalo como un niño, ay, ay, ay,
pero nunca se lo digas.
El amor mío se muere, ay, ay, ay
y se me muere de frio,
porque en tu pecho de piedra,
tú no quieres darle abrigo,
porque en tu pecho de piedra, ay, ay, ay,
tú no quieres darle abrigo.
Soñé que el fuego se lava, ay, ay, ay,
soñé que la nieve hervía
y por soñar imposible,
soñé que tú me querías
y por soñar imposible, ay, ay, ay,
soñé que tú me querías.
Asómate a la ventana, ay, ay, ay,
paloma del alma mía,
que ya la aurora temprana,
nos viene a anunciar el día,
que ya la aurora temprana, ay, ay, ay,
nos viene a anunciar el día.
Mi amor que canté no vive, ay, ay, ay,
yo quiero saber querer,
como si fuera muy fácil,
olvidar a una mujer,
como si fuera muy fácil, ay, ay, ay,
olvidar a una mujer.